Si tenés un Pomerania o un Chihuahua, sabés que son esas criaturas pequeñas pero con personalidades gigantes que pueden ser tan adorables como exigentes. Una de las cosas más importantes para su cuidado es el baño. Ahora, ojo, porque aunque a nosotros nos parece una tarea simple y hasta necesaria, a ellos muchas veces no les copa tanto como pensamos.
Por eso, te voy a contar cómo podés bañar a tu perro sin errores comunes, haciendo el proceso más llevadero para ambos. Esto no es para imponer reglas, sino para que estemos más atentos a esas cosas que a veces hacemos creyendo que están bien, pero que para ellos pueden ser incómodas o molestas.
1. Antes de Empezar: Prepará Todo
¿Viste cuando cocinás y ponés todo en la mesada antes de arrancar? Bueno, lo mismo con el baño del perro. Si querés evitar que salga corriendo mojado por toda la casa porque te faltó algo, tené todo a mano:
- Shampoo para perros: Nada de usar el tuyo. El pH de la piel de ellos es diferente y podés generarles irritación.
- Cepillo: En el caso del Pomerania, es clave desenredar el pelo antes de mojarlo. Si no, los nudos después se convierten en una lucha épica.
- Toalla: Una suave, para secarlo bien.
- Secador (opcional): Si lo vas a usar, que sea en modo tibio o frío. Nada de calor fuerte que los incomode.
- Base antideslizante: Para que no se resbalen y se pongan más nerviosos de lo que ya están.
- Snacks: Siempre es buena idea recompensarlos por portarse bien.
2. Cepillá Antes de Mojar
Este paso es un sí o sí, sobre todo para el Pomerania. Si lo mojás antes de desenredar, los nudos se hacen más difíciles de manejar y terminás estresándote vos y el perro. En el caso del Chihuahua, aunque su pelo es más corto, también es útil pasarle un cepillito para eliminar los pelos sueltos.
3. Elegí el Lugar Correcto
Con el tamaño que tienen, podés bañarlos en el lavamanos, en la bañera o incluso en un balde grande. Lo importante es que sea un lugar cómodo para vos y seguro para ellos. Una base antideslizante es clave porque, además de evitar accidentes, les da más confianza y calma.
4. Temperatura del Agua: Ni Fría Ni Caliente
Los perros son más sensibles de lo que parece, así que la temperatura del agua es un detalle importante. Tibia, siempre tibia. Probala con el dorso de tu muñeca, como cuando preparás la mamadera de un bebé. Si está bien para vos, probablemente esté bien para ellos.
5. El Momento de Mojarlos
Acá viene la parte que puede ser un desafío. Mojalos de a poco, empezando por el cuerpo. Evitá tirarle agua directo en la cabeza porque eso los estresa mucho. La cara, la podés limpiar con una toallita húmeda después. Mientras los mojás, hablales con un tono tranquilo para que se sientan seguros.
6. Aplicá el Shampoo Correctamente
Poné una cantidad moderada y masajeá con movimientos suaves. Prestá atención a las patas, el vientre y la cola. Asegurate de que el shampoo no entre en sus ojos, nariz u oídos. Esto último es importante porque les puede causar molestias o infecciones.
7. Enjuagá Bien
Este paso es súper importante. Si queda shampoo en el pelaje, les puede irritar la piel o generar resequedad. Enjuagá con paciencia hasta que no queden restos de espuma. Es como cuando lavás un vaso: si no lo enjuagás bien, después no podés tomar agua tranquila.
8. Secado: Tranquilo y Sin Apuro
El secado es fundamental, especialmente para los Pomeranias. Usá una toalla para quitar la mayor cantidad de agua y, si podés, un secador en modo tibio a baja potencia. Al Chihuahua también es importante secarlo bien porque son más propensos a sentir frío.
Eso sí, si ves que el secador lo pone incómodo, no insistas. A veces es mejor secarlos con paciencia solo con la toalla y dejarlos en un lugar cálido para que se sequen completamente.
9. Terminá con un Cepillado
En el caso del Pomerania, el cepillado después del baño es clave para mantener ese pelaje esponjoso que los hace tan únicos. Para el Chihuahua, un último cepillado ayuda a mantener su pelo suave y brillante.
Errores Comunes que Mejor Evitar
- Usar productos para humanos: Aunque te parezca inofensivo, su piel no lo tolera bien.
- Mojar directo la cara: Esto suele ser una experiencia incómoda para ellos.
- No secarlos completamente: Puede generar mal olor o incluso problemas de piel.
- Hacerlo apurado: Los perros sienten tu energía, y si estás apurado, ellos se ponen más nerviosos.
¿Cada Cuánto Bañarlos?
Esto depende de varios factores como su estilo de vida y tipo de pelaje. En general:
- Pomerania: Cada 4-6 semanas.
- Chihuahua: Cada 3-4 semanas o según sea necesario.
Cuidalos, Pero Con Calma
Cada perro es único, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. El baño no tiene que ser una experiencia traumática ni para vos ni para ellos. Con paciencia y los elementos adecuados, puede convertirse en un momento de conexión y cuidado mutuo.
Si tenés alguna técnica especial para bañar a tu perro, ¡contámela en los comentarios! Porque, al final del día, lo que importa es que ellos estén felices y nosotros, tranquilos. 🛁🐾